miércoles, 24 de septiembre de 2014

RÉQUIEM POR LA "CARRASCA DE NEGRÓN" (VALLANCA) [y II].

A propósito de una visita a la fuente del Canalón en Negrón (Vallanca),
vía el Mirador de la Hoz (Ademuz).



“La dilatada longevidad de estos colosales árboles
-su comparación con la existencia humana-,
bien puede ayudarnos a reflexionar sobre el paso del tiempo y
el acontecer histórico, ya que nada se repite igual ni es para siempre”.









En busca del chopo monumental de Negrón.
Dejamos la carreterita de Negrón para introducimos en la pista forestal, un camino de tierra que lleva al Plano del Pinar; a unos cientos de metros nos desviaremos por otro camino que nace a la izquierda del anterior, nos dirigimos hacia la Fuente del Canalón, donde pervive un chopo centenario.

La zona donde se halla el notable chopo corresponde a la ladera occidental del Pinar Llano, margen derecha de la rambla de Negrón, frente a la aldea, sita sobre una loma en la vertiente opuesta. La monumentalidad del árbol domina con su presencia el espacio, hasta el punto de que a la fuente se la conoce también como Fuente del Chopo. El final de nuestro camino se halla en una somera plazoleta alargada, prolongada en el camino que baja hasta la rambla de Negrón. El hontanar se halla a la derecha, contra un talud y posee dos caños -uno fino y otro más grueso-, de los que mana un abundante caudal, ambos vierten sobre una pileta corrida a modo de abrevadero: el agua es transparente, límpida, muy fría... El Chopo se sitúa frente a la fontana, en el ángulo que forma el camino que baja hasta la rambla, vía el antiguo Lavadero Público. En la placeta un panel que ilustra acerca del árbol y sus características.

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia), con detalle del panel que ilustra acerca de las características del árbol: El Árbol, La Especie y El Bosque (2014).



Dice la Introducción:
  • Nos encontramos en el paraje conocido como “Fuente del Canalón”, frente a la aldea de Negrón, a una altitud de 1.080 metros sobre el nivel del mar. Ante nosotros se halla el magnífico Chopo de Negrón, considerado como Árbol Monumental de la Comunidad Valenciana.

Respecto de El Árbol:
  • La edad de este chopo está estimada en 250 años. Pensamos que cuando este chopo comenzó su andadura allá por la segunda mitad del siglo XVIII, la revolución francesa se estaba gestando, en Gran Bretaña comenzaba la revolución industrial y nuestro gran pintor Francisco de Goya, a la edad de trece años, iniciaba su formación pictórica./ Tiene una altura de 22 metros y un diámetro de copa en su parte más ancha de 22 metros en dirección este-oeste. Su proyección de copa es de 314 m2./ El tronco mide 7,10 metros de perímetro en la base y 5,95 metros a la altura de 1,30 metros. Presenta una gran oquedad que lo atraviesa longitudinalmente. Cuenta con dos grandes cimales que se dividen a una altura de 3 metros. Uno de ellos, más desarrollado y en mejor estado vegetativo, ejerce una cierta tensión lateral que podría provocar el desgarro del cimal o incluso del tronco./ En la actualidad el estado vegetativo del árbol se considera “muy deteriorado”. Considerando que la edad media de un chopo no suele superar el siglo, es razonable que presente este estado decadente tal y como lo pone de manifiesto la presencia de abundantes ramas secas, oquedades en el tronco y la falta de vigor general./ Es el mayor chopo blanco conocido de la provincia de Valencia. Cabe destacar que en 1914 Rafael Janini Janini ya lo citó como uno de los árboles viejos de la provincia de Valencia, abarcando entonces una circunferencia de 4,10 metros a un metro del suelo.

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Detalle de las características físicas del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.



Como en el caso de la Carrasca de Negrón, se citan aquí ciertas coordenadas históricas relativas al momento en que el Chopo de Negrón comenzó su andadura vital -vegetal-: la gestación del conflicto social y político conocido como Revolución Francesa (1789-99), el comienzo de la era industrial en Gran Bretaña y las primeras pinceladas del niño Francisco de Goya (1746-1828) como artista... Asimismo, se nombra al ingeniero agrónomo Rafael Janini Janini, autor de la monografía Algunos árboles y arbustos viejos de la provincia de Valencia (1914), obra “pionera en el reconocimiento y protección de árboles monumentales”; por esta razón la Diputación de Valencia, en homenaje al centenario de la edición del libro, ha declarado este año de 2014 “Año Janini”.[1] Aunque no lo dice, es probable que el señor Janini estuviera en Negrón a principios del siglo XX, cuando el Chopo de la Fuente del Canalón era ya un árbol notable. Por aquellas fechas la aldea debía ser un lugar perdido en los confines del Rincón de Ademuz (Valencia) con Castilla (Cuenca), al que sólo podría accederse por caminos de herradura en mal estado...


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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle de la Fuente del Canalón al fondo (2014).

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle de la Fuente del Canalón al fondo izquierda (2014).

Respecto de La Especie:
  • El chopo blanco o álamo, pertenece a la familia de las salicáceas; formada por los chopos y los sauces. Su nombre científico es Populus alba; algunos nombres comunes que recibe en la península son: Álamo blanco, chopo blanco, arbre branch, lamagueiro, zumarra y peralejo./ Podemos encontrarlo desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros de altitud, en suelos frescos y húmedos, casi siempre en las proximidades de cursos de agua, formando parte de los sotos y bosques de ribera./ Posee un sistema radical fuerte y muy ramificado. El eje principal profundiza pronto, apareciendo seguidamente muchas raíces secundarias largas y someras, que emiten abundantes renuevos incluso después de descepar el pie principal./ El tronco es robusto y derecho, de corteza blanco-grisácea casi lisa, aunque la base del tronco se suele resquebrajar en los ejemplares viejos./ Las hojas son tomentosas (pelosas); verde oscuro en el haz (parte superior) y blanquecinas en el envés (cara inferior). Son grandes, dentado-angulosas o palmeado-lobuladas, generalmente acorazonadas en la base. Las hojas caen de noviembre a enero.

Sigue explicando:
  • Son árboles unisexuados (dioicos), es decir que las flores masculinas y femeninas se producen en pies diferentes. Florecen desde febrero hasta abril./ Los pies masculinos producen flores en racimo (amentos) colgantes, de 3-6 cm., de largo y muy vellosos. Las escamas que soportan las flores son de color pardo rojizo./ Los pies femeninos producen también flores en amentos, más largos y delgados que los masculinos, con las flores espaciadas y menos pelosos. Los pistilos son de color verdoso./ Un mes después de la floración se produce la espectacular diseminación de las semillas, que al ir cubiertas de finos pelos algodonosos las hacen flotar en el aire pareciendo copos de nieve.



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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia), con detalle de la oquedad que muestra en su tronco (2014).
Respecto de La Alameda:
  • El área de distribución del Populus alba se encuentra en el centro y sur de Europa, Asia central y occidental y norte de África. En la península ibérica está presente, cultivado o de forma natural, en casi todas las provincias. Su área original es imposible de establecer de forma precisa por haberse cultivado desde antiguo./ Se trata de un árbol de ribera, que prefiere suelos frescos y arenosos ubicados en valles húmedos y bajos, márgenes de grandes ríos y sotos abrigados. Decrece gradualmente al aumentar la altitud hasta desaparecer por encima de los 1.300 metros. Por el contrario, al avanzar hacia el litoral y, sobre todo, hacia el sur de la Península, se va adueñando progresivamente del paisaje ribereño, asociándose a los sauces, fresnos y olmos./ Los chopos ya eran conocidos y cultivados por los griegos y romanos; estos últimos les denominaron Pupulus, según algunos con el sentido de arbor pupuli: “árbol del pueblo”. Es un árbol muy elegante, tanto por su tronco como por sus hojas plateadas. Muy usado para alineaciones en calles (alamedas).

Y concluye diciendo:
  • La corteza tiene un 3% de tanino, y su ramón puede emplearse como alimento del ganado. Con su profusa ramificación radical y la red de renuevos, fija eficazmente los márgenes de los arroyos y ríos; defendiendo las tierras de las riberas./ La madera es muy ligera, blanda, blanca o rosada, de textura fina y uniforme, buena para tablones, cajas, artículos domésticos y elementos estructurales que no tengan que soportar grandes pesos. Se empleó mucho para los vagones de ferrocarril, entarimados y para pasta de papel; como leña es de poca fuerza y debe usarse bastante seca.

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Detalle de la distribución del chopo blanco (Populus alba) por Europa, Asia y norte de África (2014).


No obstante su estado de deterioro, merece la pena visitar el monumental Chopo de Negrón, antes de que, como le ha pasado a la Carrasca, se venga abajo. Su tronco es espectacular, en particular visto desde la parte inferior del camino, aunque su porte más distinguido se aprecia desde la zona llana junto a la fuente. Se dice del chopo blanco que es un árbol elegante, además de alegre, sobre todo cuando la brisa de verano mece sus hojitas plateadas al atardecer. Situarse cerca de su tronco, escuchando el canto de los pájaros y el sempiterno ruido del agua de la fontana, resulta sedante, tranquilizador. En plena naturaleza estos son los sonidos del silencio, pues el silencio absoluto es aterrador. Lo decía Confucio (551-479 a.C): El silencio es el único amigo que nunca te traiciona... 

A este árbol bicentenario debe sucederle lo que a las personas de mucha edad, que cada primavera, por no decir cada día, constituye un regalo... En la parte llana de la placeta y por encima de la fuente hay dispuestas sólidas mesas con bancos de madera en los que sentarse y comer, se trata de una zona sombreada muy agradable, en especial en los días de más calor. Para refrescar la bebida no hace falta traer nevera, basta la fuente...
  

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
desde la Fuente del Canalón (2014).

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle de la oquedad que muestra en la base de su tronco (2014).

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle de la medida humana (2014).

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
 con detalle de sus cimales (2014).

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Vista del monumental "Chopo de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle del tronco (2014).


Si nuestra visita es desde la aldea, basta descender hasta la vega y subir por el camino de la ladera hasta la Fuente del Canalón: en este caso al comenzar la subida nos encontraremos con el antiguo Lavadero Público, recientemente restaurado. En nuestro caso, para ver el lavadero deberemos bajar desde la fuente. El camino es singularmente agradable, umbroso y fresco, custodiado de nogueras, en cuyo trayecto nos acompañará el siempre vivificante rumor del agua... Cabe añorar, sin embargo, el ajetreo de los aldeanos que en un tiempo no tan lejano trajinaban por estos parajes, arriba y abajo con sus caballerías o andando camino de sus quehaceres: un tiempo pasado que ya no volverá. Digo añorar, no lamentar, pues la vida de nuestros coterráneos no debía ser envidiable por estos pagos, demasiado trabajo para tan escasa recompensa. En Negrón, como en el resto de aldeas del Rincón de Ademuz, se ha vivido siempre una vida pequeña, por no decir mísera y pobretona, cuyo relato sería materia para la historia -mejor intrahistoria, que diría don Miguel de Unamuno-; una vida de carencias, sacrificada y humilde, matizada de pérdidas y sufrimientos que empujó a los jóvenes a la emigración -vaciando pueblos, aldeas, rentos y lugares-: la gente se marchó atraída por el señuelo de una vida mejor en la ciudad, más cómoda y señorita... ¡No les faltaba razón, además de que tenía derecho a ella!

Algunos se marcharon quizá con el ceño fruncido y cierto aire de reproche en la mirada hacia la "tierra ingrata" que los expulsaba. Pero es también probable que una vez en la ciudad evocaran con pesadumbre su terruño, la casuca del pueblo, las calles de tierra, el chasquido de los cascos de las caballerías sobre los guijarros del camino, el cielo despejado, el aire tibio de los atardeceres otoñales, los comentarios del día al amor de la lumbre, los bailes en la plaza durante las fiestas patronales, la relación humana.... Sus hijos y nietos dejaron de añorar la tierra de sus antepasados, porque no la habían conocido más que por la evocación resignada de sus padres; aunque de vez en cuando regresan como turistas, sin saber que son atraídos por el misterioso influjo de los huesos de sus muertos, que conservan intacta la querencia de los ancestros. Hoy algunos pretenden retornar a la ruralidad, en busca de una vida más tranquila y sencilla, en contacto con la naturaleza; pero esto no deja de ser un sueño utópico, difícil de llevar a la práctica; por eso creo que no volverán... ¡Y de volver, ya nada será como antes! Porque esta improbable nueva repoblación debería sustentarse en otros presupuestos, con otras miras y distinta perspectiva, basada en la autoconciencia y la responsabilidad, en el respeto del medio y el rechazo del consumismo, en la austeridad material y tecnológica entre otras cosas, lo cual puede resultar inasumible para estos presuntos repobladores.

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Vista de la Fuente del Canalón en Negrón (Vallanca), con detalle de unos de sus caños y del abrevadero (2014).

Frente al lavadero hay un cartel relativo a la Arquitectura del Agua, que ilustra acerca del mismo:
  • El lavadero del pueblo se encuentra en la ladera occidental de El Pinar, frente a la aldea. Se alimenta de la fuente del Canalón o del Chopo, denominada así por la presencia de uno de los más monumentales álamos blancos de la Comunidad Valenciana./ Este caño de agua permite, a su vez, el desarrollo de unos pequeños huertos tradicionales en el fondo de la rambla de Negrón, y en tiempos, también, el funcionamiento de un pequeño alambique para destilar aguardiente y anís, aprovechando la abundancia de agua que manaba de esta fuente./ Su estructura primitiva respondía a una tipología común de lavadero en el Rincón (de Ademuz), compuesta por una gran balsa de agua rectangular con pila elevada y corrida en su perímetro, al amparo de un cobertizo de mampostería semiabierto con cubierta de tejas a una agua, sustentada por una estructura de madera inclinada./ Actualmente, el lavadero ha sido objeto de una restauración moderna que ha eliminado por completo el aspecto tradicional que tenía el original.[2]

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Vista general del "Lavadero público" de Negrón (Vallanca),
detalle del cobertizo tras la desafortunada restauración (2014).

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Vista del interior del "Lavadero público" de Negrón (Vallanca), con detalle de la gran balsa rectangular y del desagüe inferior (2014).


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Detalle del camino que baja de la Fuente del Canalón hasta el "Lavadero público" de Negrón (Vallanca), 2014.

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Detalle de una caldera de destilación de aguardiente y anís en el entorno del "Lavadero público" de Negrón (Vallanca), 2014.


El agua de la fuente alimenta un balsón que hay por encima del lavadero, el cual servía también como acopio de agua para el riego de los huertos circunvecinos. La rehabilitación del antiguo lavadero no ha sido muy afortunada, ya que le ha hecho perder su aspecto y sabor rural original. Además, las baldosas vitrificadas que cubren el piso interior desentonan del resto de la construcción.

La vista de la aldea desde la rambla ofrece una singular perspectiva, aunque esta mejora desde la cornisa rocosa que hay por encima de la Fuente del Canalón y del Chopo. Desde esta parte el caserío aldeano se muestra a la altura del espectador, elongado sobre la loma frontera, en lo que constituye la ladera izquierda de la rambla de Negrón. La aldea muestra un apiñamiento de casas hacia la izquierda, en torno de la fuente del pueblo, alargándose progresivamente hacia el noreste, en dirección al solar del antiguo cementerio local, "huerto de la muerte" que dejó de utilizarse a comienzos de la segunda década del siglo XX: de él sólo restan los muros desmochados y la hondonada de las antiguas sepulturas custodiando el sueño eterno de viejos huesos corroídos, en espera de la resurrección... En su parte media destaca la iglesia parroquial, que luce una singular torre de ladrillo rojo, cuya fachada ha sido restaurada. A los pies del caserío discurre la carretera de Vallanca, que llega a la aldea y continúa por la base de la loma frontera, camino del rento de Benarruel –ya en tierras castellanas-. 

Frente a la aldea la rambla se ensancha, sufre una "ensanchadura" para albergar las fincas de cultivo que todavía pueden verse, antaño tan apreciadas y hoy yermas, incultas, abandonadas... Por detrás del caserío destaca una estructura cuadrangular y elevada, a modo de torreón en tonos claros, correspondiente al depósito del agua potable que abastece la población, rodeada de almendrales. El horizonte lejano lo cierran al poniente los montes verdioscuros de la sierra de Santerón y su cima más notable, el pico Talayón (1.602 m). 

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Vista de la aldea de Negrón (Vallanca), desde el paraje de la Fuente del Canalón, donde se halla el monumental "Chopo de Negrón", con la Sierra de Santerón al fondo izquierda (2014).

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Vista de la aldea de Negrón (Vallanca), desde el paraje de la Fuente del Canalón, donde se halla el monumental "Chopo de Negrón", con las vertientes meridionales del Prado Vega al fondo derecha (2014).


Palabras finales, a modo de epílogo.
La excursión propuesta nos  ha llevado desde Ademuz hasta Negrón (Vallanca), vía el "Mirador de La Hoz" y la propia villa vallanquera, para ver los restos de la centenaria Carrasca de Negrón, ya desaparecida. Su ramaje yace al pie de su fabuloso tronco, que, hueco y carcomido, todavía permanece erguido: ¡Nobleza obliga! –diría el hidalgo-. Después de cinco siglos su vida se ha extinguido, aunque cuesta creer que su bellota comenzara a germinar en este mismo lugar cuando Cristóbal Colón puso su pie en América... ¡Sobre el planeta Tierra, parece que ninguna forma de vida individual es eterna! En cualquier caso, el paraje de Somonegrón ya nunca será igual sin la fabulosa Carrasca enseñoreándose del paisaje.

La visita a la desaparecida encina nos ha llevado hasta la Fuente del Canalón, donde pervive el descomunal Chopo de Negrón: árbol de tronco formidable cuya estabilidad se halla comprometida por su propia longevidad. Cuando el botánico Cavanilles pasó por aquí camino de Vallanca –esto fue en los primeros días de septiembre de 1792- el álamo debía comenzar su andadura vital: su presencia alegre y protectora junto al manantial ha acompañado a generaciones de aldeanos en los dos últimos siglos y medio.

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Bucólica estampa con ganado caballar pastando en el paraje de la Fuente del Canalón en Negrón (Vallanca), 2014.

El paraje de la Fuente del Canalón -también conocida como Fuente del Chopo- ha sido tradicionalmente muy estimado por los aldeanos, allí cultivaban sus verduras y hortalizas, incluso variados frutales, siendo como es el resto de su término un árido secano. La abundancia de sombra y agua constituye su principal encanto, siendo también el lugar del Lavadero Público, y donde aprovechando la abundancia de agua se destilaba aguardiente y anís. El lavado de la ropa ha sido labor de las mujeres en la sociedad rural tradicional, siendo quizá la faena más ingrata de las que antaño comportaba el cuidado de la casa. En este caso resultaba doblemente penosa, al tener que transportar la ropa sucia de la aldea al lavadero, sito éste en la vertiente opuesta de la rambla.

En suma: la dilatada longevidad de estos colosales árboles -la "Carraca de Somonegrón" y el "Chopo de la Fuente del Canalón" en Negrón (Vallanca), y su comparación con la existencia humana-, bien puede ayudarnos a reflexionar sobre el paso del tiempo y el acontecer histórico, ya que nada se repite igual ni es para siempre. Vale.





[2] MILETO, Camila y VEGAS, Fernando (2008). Homo faber: arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz [ilustraciones de Guillermo Guimaraens y dibujos de estudiantes de arquitectura], Edita Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, Valencia.

martes, 23 de septiembre de 2014

RÉQUIEM POR LA "CARRASCA DE NEGRÓN" (VALLANCA) [I].


A propósito de una visita a la Fuente del Canalón en Negrón (Vallanca),
vía el Mirador de la Hoz (Ademuz).




“La edad de esta carrasca está estimada en 500 años.
Es curioso pensar que en la época en que Cristóbal Colón pisaba América,
Miguel Ángel pintaba la Capilla Sixtina y
Copérnico afirmaba que la Tierra era el centro del universo,
una humilde bellota germinaba en este mismo lugar
donde ahora podemos admirar el resultado de su lento
pero firme crecimiento”
-Del contenido textual-.








Palabras previas, a modo de introducción.
Para visitar la centenaria Carrasca de Negrón y la Fuente del Canalón -también llamada del Chopo, en razón del monumental ejemplar de álamo blanco que allí crece- hay que ir a Negrón, aldea de Vallanca sita al sur de la villa. Y para ir a Negrón desde Ademuz por carretera, vía Vallanca, hay que coger la CV-478 que parte de Ademuz por su salida meridional.
            
La excursión que proponemos puede hacer en bicicleta de montaña, también en moto y en coche, todo dependerá de las circunstancias y disposición de cada uno. Pero elegir el vehículo de cuatro ruedas, a no ser que sea un todoterreno, no nos evitará tener que hacer un buen trecho caminando, esto si queremos ver la monumental carrasca de Negrón. Cuando digo “ver la monumental carrasca de Negrón” me refiero a lo que queda de ella, ya que después de medio milenio de vida ha muerto: lo único que puede verse de ella es su fabuloso tronco seco y hueco, y su ramaje caído...
            
La carretera de Ademuz a Vallanca es una subida continuada, en especial desde que pasa el puente del barranco Seco, pues desde Ademuz a esta parte, mientras discurre por la vertiente izquierda del barranco, bajo la Solana ademuceña, la vía forma un tramo llano y cómodo. La pendiente comienza a partir del citado puente, en que la ascensión por la ladera resulta interminable, prolongada y sinuosa. Para los lugareños es algo normal que sea así, pues a excepción de los mayores todos la han conocido como ahora. ¡Pero no ha estado siempre así! De hecho, esta carretera no se construyó hasta los años 1920-30 –al tiempo que la de El Cuervo, vía Castielfabib y la de Riodeva desde la general de Cuenca a Teruel-;[1] asimismo, a mediados de los años cincuenta la de Vallanca todavía era de tierra apisonada y con gravilla.[2] En la actualidad se halla asfaltada y con quitamiedos en largos tramos de su recorrido; sin embargo, todavía puede y debe mejorarse mucho...

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Detalle de La Solana de Ademuz (Valencia),
desde la carretera de Ademuz a Vallanca (CV-478), 2014.

            
A unos cientos de metros del puente del barranco Seco conviene detenerse un momento para echar la vista atrás y admirar un estupenda vista de La Solana de Ademuz, con el caserío mostrándose por la ladera occidental del cerro de los Azafranares, en cuya cima puede verse parte del cementerio, el solar del antiguo castillo medieval y las ruinas de la ermita de Santa Bárbara. La parte baja del cerro la ocupan las antiguas eras y pajares del lugar, por encima de la carretera que hemos pasado al subir. En la parte baja del valle subsiste una zona de huerta, correspondiente al tramo final del río Bohílgues, poco antes de que éste rinda sus aguas al Turia, y el cerro de Horca, por donde asciende el antiguo camino de Moya, vía el Pinar Llano, y las laderas del Trapero y El Sanguinar, que quedan a nuestra derecha. Al fondo se vislumbra el puente de la carretera de Manzaneruela (Landete) a Torrebaja (Valencia), variante de la carretera N-330, que en esta parte discurre sobre el paraje de Los Arenales, el Merendero y piscina municipal. 

Por detrás del puente, en el horizonte inmediato, se alza la mole del pico de la Muela (905 m), un farallón rocoso de gran potencia con las faldas pinadas que queda al sur, mientras que al levante se hallan las laderas orientales de la rambla del Val. El horizonte lejano lo cierran al levante las estribaciones de Javalambre y sierra de Tortajada. Un paisaje muy quebrado, matizado de colores, antiguo como la historia de estos lugares, en permanente contraste entre la frondosidad del valle y la aridez del monte -reflejando de alguna forma el carácter de los rinconademucenses-: rudos y secos por fuera, acogedores y afectuosos por dentro... El paisaje y el hombre, me refiero al ser humano, pueden compararse en su carácter; sin carácter ambos son poca cosa, nada.

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Vista del "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
con detalle del panel que ilustra sobre el lugar (2014).


            
El mirador de la Hoz, sobre el río Boilgues.
Poco más arriba, a la altura del kilómetro 3 de la CV-478, veremos una señal de tráfico a la derecha de la carreterita, indicándonos un paraje panorámico, aquí conviene detenerse de nuevo, pues nos hallamos en el Mirador de la Hoz... Se trata de un montículo pedregoso nada llamativo, al que obviamente le faltan árboles de sombra junto a los bancos existentes. He pasado muchas veces por este lugar, pero nunca he visto a nadie contemplar el espléndido panorama que se nos ofrece desde aquí. Debe ser porque los escasos forasteros que por aquí pasan no encuentran llamativo el lugar, y los lugareños lo conocen demasiado, o eso les parece.
            
En cualquier caso el paraje merece que nos detengamos para echar una mirada a la hondonada por donde discurre encajonado el Bohílgues, que así llaman al río de Vallanca. El Mirador está formado por unos muretes de piedra unidos por tramos de madera y pilarcitos al borde del cantil, con dos zonas redondeadas en los extremos. Sobre el cerrito que forma el mirador hay unos estupendos bancos de madera, a los que ya digo que falta algo de sombra, como la posee por ejemplo el Mirador del Ebrón en Castielfabib: acacias, moreras o simples pinos.[3] Como el de Castiel y otros de la zona, el Mirador forma parte del Plan de Dinamización Turística Rincón de Ademuz, patrocinado por distintas entidades comarcales, provinciales, autonómicas, estatales y europeas. ¡Bien, es lo menos que se espera de ellas!
            
Junto a los bancos hay un panel sobre un altarcito de piedra, en el que mediante un texto y un dibujo panorámico se ilustra al visitante sobre las características paisajísticas y socio-culturales de la zona. Para los que desconocen el paraje no hay más remedio que leer el contenido, pero también resulta aconsejable que lo hagan los lugareños -porque siempre aprenderemos algo-:
  • El río Bohílgues es junto al Ebrón uno de los dos afluentes que recibe el Turia en el Rincón de Ademuz. Los tres forman un importante ecosistema fluvial que se puede incluir entre los mejores conservados de la Comunidad Valenciana por la calidad de sus aguas y por las interesantes formaciones vegetales de ribera que albergan. Esta significativa cualidad ha supuesto que estos ecosistemas fluviales hayan sido declarados Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y que varias hectáreas de la zona de dominio público hidráulico del Bohílgues, concretamente desde La Veguilla a La Hoz, hayan sido catalogadas como Microrreserva de Flora y Fauna por parte de la Consejería de Medio Ambiente.

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Detalle de la estructura del "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
abocado al río Bohílgues (2014).

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Detalle de panorámica suroriental que se divisa desde el "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia), 2014.
 
        
Leída esta parte del cartel conviene acercarse al pretil para ver la hondonada y los montes circundantes -así comprenderemos mejor lo que sigue-:
  • El Bohílgues describe en este paraje enriscado, situado entre Vallanca y Ademuz, un desfiladero conocido como La Hoz. Se trata de un encajonamiento del valle que se alarga durante varios kilómetros por el que las aguas del río descienden constreñidas entre roquedos y calizas tobáceas, precipitándose a través de pintorescos saltos y cascadas camufladas por la frondosa y exuberante vegetación./ Un sendero de pequeño recorrido parte desde ambas poblaciones (Ademuz y Vallanca) para los amantes del excursionismo que quieran recorrer el interior del cañón. También desde el aparcamiento de este mirador nace un antiguo camino que desciende al fondo de La Hoz y permite conectar con esta ruta señalizada.

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Detalle del cerrito abancalado frente al "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
con detalle de la cornisa de gran potencia sobre la que se soporta (2014).
 
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Detalle de la fincas de cultivo existentes en la hondonada,
desde el "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia), 2014.

            
Al otro lado de la Hoz, frente al Mirador, hay un cerrito abancalado que en su tiempo estuvo todo él plantado de almendros, donde anteriormente se cultivaba el cereal, pequeñas fincas de cultivo en las que un burro tendría dificultad para dar la vuelta en cada surco, lo que evidencia la pobreza del terreno, y la necesidad de aprovechar un palmo de tierra... Hacia el sur todavía pueden verse algunos almendrales, los de la parte baja ya abandonados. Asimismo, el monte se halla sujeto por una cornisa pétrea de gran potencia, cuya base se hunde en la hondonada. En la parte más profunda se aprecian las cuadrículas de las propiedades, algunas con arbolado. En estos parajes se hace particularmente evidente el condicionamiento que la estrechez del valle ha supuesto para el aprovechamiento del cultivo en regadío.
            
El dibujo de la panorámica describe distintos topónimos, que de levante a poniente nombra como Solana de Vallanca, La Muela, La Horca, La Fuensanta, La Cruz, Rambla de Negrón, Cuestas de Moya, Conducción de la central eléctrica... Realmente, sobre el dibujo es difícil apreciar cada una de estas partidas, por lo que resulta aconsejable ver el dibujo y tratar de localizar el punto de referencia en el propio paisaje. Aunque ello sólo es posible si se conoce algo la zona. En la parte alta, hacia poniente se nombra el Cerro, Romeral, Bosque galería de frondosas, La Veguilla (que fue una antigua masía, formando parte del poblamiento disperso, donde también hubo una ermita que censaba en San Pedro de Ademuz), Antiguos huertos, Camino antiguo (de Vallanca)... 

Lo más espectacular del panorama, sin embargo, se halla hacia el sureste, por donde el valle del Bohílgues se ensancha en dirección al Turia, por cuya parte más honda descubrimos el mencionado puente de la variante de la carretera N-330 sobre Los Arenales, quedando a la derecha las cuestas del camino de Moya, por delante del cerro de Horca. Por detrás del puente queda el citado pico de La Muela (905 m) ya en la vertiente opuesta, margen izquierda del Turia. Y por detrás de éste las laderas orientales de la rambla del Val, que baja desde Puebla de San Miguel. El horizonte más lejano lo cierra al levante las estribaciones de Javalambre y la sierra de Tortajada, sita ésta en posición meridional. 

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Vista de la margen derecha del barranco (en posición sureste, mirando hacia abajo),
desde el "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia), 2014.

 
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Vista de la margen derecha del barranco (en posición suroeste, mirando hacia arriba),
desde el "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia), 2014.

            
A nuestras espaldas, esto es, en posición septentrional, queda la carretera de Ademuz a Vallanca por donde hemos subido... Si nos damos la vuelta veremos un cerrito de tres lomas con la ladera abancalada, aunque solo en las zonas inferiores se mantienen algunas labradas con almendros; las de la parte superior, más estrechas y pedregosas, están abandonadas. A lo largo y ancho del Rincón de Ademuz veremos cientos de kilómetros de muros de piedra en seco sujetando el abancalamiento de este tipo de paradas, labor de generaciones de agricultores. Mirando hacia abajo advertiremos como la carretera asciende penosamente por la ladera, pasa frente al Mirador y continúa por la vertiente, hasta perderse camino de Vallanca. Cabe lamentar, sin embargo, que una vez construidos estos magníficos miradores se abandonen, sin que aparentemente nadie se preocupe de se mantenimiento: plantar árboles de sombra u otro sistema que la propicie, proteger los bancos de madera, adecentar la zona sería una buena inversión de cara a valorizar estos singulares parajes.
 

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Vista  septentrional del "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
con detalle de la carretera de Ademuz a Vallanca -CV-478- subiendo por la ladera (2014).


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Vista del singular cerro que hay de espaldas al "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
con detalle de la carretera de Ademuz a Vallanca -CV-478- a su paso frente al mirador (2014).

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Vista septentrional del "Mirador de la Hoz" en Ademuz (Valencia),
con detalle de la carretera de Ademuz a Vallanca -CV-478- subiendo por la ladera (2014).

            
Dejamos el Mirador de la Hoz y continuamos por la mencionada carreterita, que a la altura del kilómetro 5 hace un giro brusco hacia la derecha, frente al popular "Canto Gordo", desde donde ya comienza a verse el caserío de Vallanca. Vallanca es villa real, segregada de Ademuz a finales del siglo XVII (1695), por concesión de Carlos II de España (1661-1700), último de los Austrias españoles, alias el Hechizado. Lo de "hechizado" debió ser un mote propuesto por los Borbones franceses que sustituyeron en España a la dinastía de los Augsburgo; en cualquier caso parece que el último de los reyes de la Casa de Austria no fue tan bobo como nos han hecho creer. Uno de los problemas que tenemos los españoles (a la hora de interpretar nuestra historia) es que nos hemos creído la Leyenda Negra que los enemigos de España han compuesto contra nuestro país -basta ver, por ejemplo, El rey pasmado (1991), de Imanol Uribe, y leer la serie de novelas de Pérez-Reverte y su hija Carlota, Las aventuras del capitán Alatriste (1996-2011).

Para nuestro propósito cabe continuar por la carreterita que venimos siguiendo, la cual atraviesa el pueblo de Vallanca por la parte baja, pasa por la zona del lavadero, el molino y la Cueva de Tosca, para salir del caserío por donde la imagen de la Virgen de Santerón hace su entrada en la villa en sus visitas septenarias, esto es, por la Fuente de los Caños. La antigua casa del Médico queda un poco más arriba, a la derecha; La antigua casa del Médico queda un poco más arriba, a la derecha; a la izquierda queda el antiguo pasadero de La Puente, que salva el Bohílgues en este punto. Más adelante, bajo una frondosa noguera veremos el último de los ocho “descansaderos” marianos. Casi enfrente del pilón encalado, a la izquierda de la carretera nace un camino que cruza el Bohílgues por el antiguo pasadero de La Puente, en dirección a las Cuestas de Moya -por donde llegó el abate Cavanilles a Vallanca-: el botánico procedía de Santa Cruz de Moya (Cuenca), vía el Pinar Llano. Unos cientos de metros más arriba veremos que a nuestra mano derecha nace un camino o pista asfaltada, vía que conduce hasta la ermita de San Roque, sita ésta al poniente de la villa, donde el Mirador de San Roque.[4]
            
En busca de nuestro objetivo continuaremos por la carreterita, que en este punto hace una aguda curva a la derecha y luego a la izquierda: en el punto de inflexión, junto a una acequia de agua transparente, nace el camino que conduce al barranco del Nogueral, que lleva hacia la parte noroeste del término, en dirección a la desaparecida Casa del Mojón, lindante con Salvacañete (Cuenca). Nosotros seguiremos adelante, para pasar frente a la Fuente de la Teja (izquierda), donde el Merendero y el Polideportivo Municipal (derecha), para continuar en dirección a la aldea de Negrón: habremos de pasar antes por la Fuente del Romero (izquierda) y frente al Prado Vega (derecha): aquí reciben los devotos santerones la imagen de la Virgen, cuando la bajan de su ermita en Algarra (Cuenca).[5]
            
La carreterita se estrecha en este punto, cruza el puente y bordea por oriente el Prado Vega (antaño denominado Dehesa de los Barrancos), para ascender hacia el suroeste. Conviene detenerse en este punto y echar la vista atrás, para ver en toda su extensión la campiña, que en estos últimos días de verano luce el intenso verdor de las choperas que la pueblan. Verdor en el que ya pintan trazos de oro, anunciando el otoño, que por estas latitudes se adelanta respecto del valle del Turia...

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Vista del "Prado Vega" en Vallanca (Valencia), desde la carretera de Vallanca a Negrón (2014).

            
La carretera de Negrón continúa entre almendros, con nogueras en el centro o márgenes de las labradas, se trata de una tierra roja y pedregosa. El camino hace largos zigzagueos, baja a los vallejos y vuelve a subir, los márgenes de la calzada se ven bordeados de aliagas y romerales, con variedad de sabinas y quejigos, restos del bosque primitivo. Se ven también abundantes enebros y jóvenes sabinas, que en su mayoría lucen porte de arbustos, pues no han sufrido las podas que les dan el típico aspecto redondeado de las más añosas: las sabinas son árboles tóxicos, pero sus ramas jóvenes se aprovechaban como forraje, en especial cuando las nevadas impedían a los ganados salir de los apriscos.
            
Poco antes de llegar a Negrón, a la altura del kilómetro 12 de la CV-478, veremos una señal metálica a la izquierda, indicándonos el camino que conduce a la Fuente del Canalón, donde pervive el álamo monumental que venimos buscando: éste se halla 500 metros más adelante. Desde este punto se baja hasta el barranco de Negrón, pasando por el depósito contra-incendios que hay junto al camino. Atravesando las zonas de cultivo se llega a la otra vertiente, allí nace un camino sombreado y muy ameno que asciende hasta la fuente y el monumental árbol, pasando junto al antiguo lavadero público de la aldea. Sin embargo, en nuestra excursión de hoy dejaremos la fuente y el chopo para verla en último lugar. Así que continuaremos en dirección a Negrón, cuyo caserío queda en la ladera de la loma, sobre la carreterita. Arribados a la aldea merece la pena detenerse para deambular por sus callejas desiertas y visitar la iglesia parroquial San Antonio de Padua, ésta se halla en el centro de la aldea, sobre la plaza del Lugar. La descripción del templo y del caserío lo dejamos para mejor ocasión...

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Detalle del cartel  de carretera que indica la dirección de la Fuente del Canalón y el Álamo monumental de Negrón (Vallanca), vía la rambla de Negrón (2014).


En busca de la Carrasca de Negrón.
Atendiendo a nuestro propósito continuaremos carretera adelante, dejando a la mano derecha una zona sombreada con mesas y asientos, junto a la Fuente de Negrón. La vía bordea una somera loma para descender por la vertiente izquierda de la rambla de Negrón, hasta arribar a un somero puentecito de tres ojo que salva el cauce seco. Atravesado el viaducto, junto a unos álamos lombardos veremos un camino de tierra a la derecha, y una señal metálica indicándonos la dirección del árbol monumental que venimos buscando: éste se halla 2 kilómetros más adelante.

Si hemos venido en coche, a no ser que éste sea un todoterreno, deberemos dejarlo y continuar andando; de haber venido en moto o bicicleta de montaña podremos continuar la excursión por estos medios. El camino sigue paralelo a la rambla, entre romeros y aliagares, con abundancia de rosales silvestres, hasta un punto en que el camino cruza el ramblar y asciende por la vertiente opuesta. A nuestra derecha quedan los restos de rústicas construcciones en piedra, por encima de una hoyas abandonadas que antaño debieron ser humildes huertas. En la misma rambla y por encima del caserío abandonado veremos postes de madera indicándonos la dirección de la centenaria Carrasca de Negrón, que no tiene pérdida.

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Detalle del puente que salva la carretera de Negrón (Vallanca) -CV-478- (2014).


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Detalle del camino que conduce a la monumental "Carrasca de Negrón" (Vallanca),
nada más atravesar el puente que salva la rambla (2014).

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Detalle de corrales en el camino que lleva a la monumental "Carrasca de Negrón"
en Vallanca (Valencia), 2014.

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Detalle de paleta indicando la dirección de la monumental "Carrasca de Negrón"
en Vallanca (Valencia), 2014.

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Vista de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia) en la última década de su vida, desde una posición superior (occidental), 2005.

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Vista de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia) en la última década de su vida, desde una posición inferior (oriental), 2005.


En cierto punto veremos nueva señalización, invitándonos a abandonar el camino principal para internarnos por una senda en cuyos márgenes abundan los enebros y sabinas, junto a pinos, carrascas y quejigos. Tras escalar un talud con atoques de madera a modo de peldaños, arribaremos a un llano; en el extremo derecho puede verse un panel muy deteriorado, con textos y dibujos ilustrando sobre lo que fue la Carrasca de Negrón.

Dice la Introducción: Carrasca Monumental de Negrón:
  • Nos encontramos en el paraje conocido como “Hoya Tomás”, en la falda de la Sierra de Santerón, a una altitud de 1.100 metros sobre el nivel del mar. Ante nosotros se halla la centenaria Carrasca de Negrón, considerada como uno de los árboles monumentales de la Comunidad Valenciana.

Respecto del Árbol:
  • La edad de esta carrasca está estimada en 500 años. Es curioso pensar que en la época en que Cristóbal Colón pisaba América (1492), Miguel Ángel pintaba la Capilla Sixtina y Copérnico afirmaba que la Tierra no era el centro del universo, una humilde bellota germinaba en este mismo lugar donde ahora podemos admirar el resultado de su lento pero firme crecimiento./ Cuenta con 13,20 metros de altura y un diámetro de copa en su parte más ancha de 19,70 metros./ El tronco ahora hueco por las agresiones externas y el paso del tiempo, mide 6,55 metros de perímetro en la base y 4,62 metros a la altura de 1,30 metros. Lo que significa que se necesitan al menos cuatro personas para conseguir abrazarlo./ En la actualidad el árbol se halla en un proceso de declive natural debido a su avanzada edad, tal como pone de manifiesto la presencia de abundantes ramas secas, oquedades en el tronco y la falta de vigor general que sufre el ejemplar.


El panel introduce unas coordenadas históricas para acercarnos al momento en que la bellota que dio origen a la carrasca de Negrón pudo germinar: el navegante genovés Cristóbal Colón (1451-1506) pisó tierras americanas (1492), el célebre pintor y escultor renacentista italiano Michelangelo Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel (1475-1564) pintó la Capilla Sixtina (1526-41), y el astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) estableció su sistema heliocéntrico: De revolutionibus orbium coelestium (1543).

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Panel que ilustra sobre la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia),
con detalle del tronco seco de la centenaria carrasca
(2014).

Respecto de la Especie:
  • <La carrasca, también llamada encina, pertenece a la familia de las fagáceas junto con el haya, el castaño, el roble y el alcornoque./ El botánico Linneo le dio el nombre científico de Quercus ilex, respetando así la denominación que utilizaban los romanos: ilex-ilicis. Algunos nombres comunes que recibe actualmente son: encina o carrasca en castellano; alzina en catalán; encino en gallego y artea en euskera./ Podemos encontrarlas desde el nivel del mar hasta los 1.400 metros de altitud. Es una especie muy rústica y de gran vitalidad, capaz de adaptarse a casi todo tipo de suelos. Puede soportar fuertes sequías estivales e inviernos bastante duros./ Se mantiene verde en todas las estaciones del año ya que sus hojas son persistentes. Como puede ver, las hojas tienen forma ovalada con bordes provistos de dientes, de color verde intenso por el haz y cubiertas de pelillos blanquecinos por el envés./ La floración tiene lugar en los meses de abril o mayo. Las flores masculinas, organizadas en ramilletes colgantes, presentan tonalidades amarillentas que destacan sobre el verde ceniciento de las hojas, vistiendo de primavera a las carrascas./ Las bellotas (que no son fruto abridero) maduran en octubre y noviembre, siendo éstas un nutritivo e importante alimentos para el ganado y la fauna silvestre>.

En su Pedazio Dioscórides Anazarbeo (Salamanca, 1566), Andrés Laguna de Segovia (1499-1559) hace una breve anotación acerca de las propiedades de las bellotas: “prouocan la orina: comidas, hazen dolor de cabeça, y engendran ventosidades: aunque son vtiles à las mordeduras de los animales que arrojan de sí ponçoña”.[6]

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Detalle del tronco seco de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.

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Detalle del ramaje caído de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.


Respecto de El Bosque:
  • Los carrascales o encinares se extienden por gran parte de la región mediterránea, desde la Península Ibérica a Turquía por el norte y desde Marruecos a Túnez por el sur./ Son los bosques más característicos de la Iberia seca y constituye uno de los ecosistemas más complejos y maduros, representado el más genuino paisaje natural de este territorio./ Sin embargo, el intenso aprovechamiento al que se han visto sometidos, hace difícil encontrar carrascales bien conservados. La roturación de tierras para uso agrícola, la obtención de leña y el carboneo, han sido los factores que más han influido en la alteración de estos bosques./ El carrascal cumple un importante papel en la protección y creación de suelos debido a la deposición sucesiva de hojarasca y la fijación de las partículas que ejerce su potente sistema radical./ También desarrolla una magnífica función en el control de la erosión y almacenamiento de agua. Se ha comprobado que la regulación de las escorrentías procedentes de agua de lluvia y la recarga de acuíferos subterráneos es máxima en el encinar denso. Esta capacidad para retener agua es muy importante y beneficiosa en los lugares de clima seco, donde el agua es un recurso escaso. 


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Detalle del ramaje caído de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.

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Detalle del ramaje caído de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.

Detalle de la forma y medidas de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.

Detalle de bellota, fruto de la carrasca (Querqus ilex), según dibujo de J. Monedero (2014).

Detalle de la distribución de la carrasca (Querqus ilex) por el Mediterráneo (2014).

Detalle de hojas de carrasca (Quercus ilex) en las proximidades de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.


A modo de homenaje, en sus exequias podríamos recitar unos versos del poema Las encinas de Antonio Machado (1875-1939) –que figura en el propio panel-:

El campo mismo se hizo
árbol en ti, parda encina.
Ya bajo el sol que calcina,
ya contra el hielo invernizo,
el bochorno y la borrasca,
el agosto y el enero,
los copos de la nevasca,
los hilos del aguacero,
siempre firme, siempre igual,
impasible, casta y buena,
¡oh tú, robusta y serena,
eterna encina rural...


La secular Carrasca de Negrón ya no está, se secó, murió de vieja y un vendaval arrancó su otrora poderoso ramaje, dejándolo al pie de su bronco tronco, que, áspero y hueco, no obstante, todavía se mantiene en pie... Se hallaba en un talud, separando dos alturas abancaladas. Desde la superior puede verse una estupenda imagen del Pinar Llano por esta parte: hacia la derecha, que es el sur, la planicie se extiende hasta las tierras de Moya, mientras que por la contraria, que es el norte, se inclina formando las vertientes occidentales de la rambla de Negrón, por donde asciende el camino o pista que conduce a Casas Bajas, vía el Plano del Pinar. En el entorno proliferan notables ejemplares de encinas y sabinas que prometen ser frondosas; siendo árboles protegidos, es probable que las generaciones venideras puedan disfrutar en su día de algún que otro ejemplar como la centenaria carrasca que hemos conocido, y que por su monumentalidad ya forma parte de la historia local.


Vista del Pinar Llano, desde la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.

Vista de la "Hoya Tomás", con detalle del camino que conduce hacia el Llano del Pinar y Casas Bajas, desde la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), (2014).

Formidable ejemplar de noguera (Juglans regia L) en el camino de la monumental "Carrasca de Negrón" en Vallanca (Valencia), 2014.
 

De regreso a la carreterita de Negrón observamos algunos ejemplares de nogal (Juglans regia L) de los que con la emoción de la subida no nos habíamos apercibido: de haber pasado por aquí el ilustrado botánico Antonio J Cavanilles (1745-1804) no hubiera dejado de nombrarlos, como hizo con los de Castielfabib, pues son dignos de mención. Arribados a la carretera continuamos por ésta un trecho, hasta llegar a un camino que nace a la izquierda, con una paleta señalizadora indicando la dirección del Plano del Pinar y Casas Bajas. De continuar por la asfaltada llegaríamos a tierras de Moya, pasando por el rento de Benarruel y frente a las antenas de Telefónica: el límite de comunidades autónomas –Valenciana y Castilla-La Mancha- se halla en el punto kilométrico 15,160: así lo indica un poste azul y blanco de la red de carreteras de la Diputación de Valencia. Desde aquí la vía es responsabilidad de la Comunidad Castellana, la cual ha hecho dejación de su responsabilidad, pues la vía se halla en un estado francamente lamentable, muy deteriorado: se nota que dicha Comunidad no ha invertido ni cinco céntimos de euro en su conservación en las últimas décadas, cuando la salida de esta carretera desde Vallanca, vía Negrón a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja debería hallarse en perfecto estado, y ello no obstante el poco tráfico que pueda tener. Pero Negrón se halla prácticamente despoblado, como Pedro Izquierdo (Moya), y son tan pocos los votos que estas poblaciones pueden reunir que resultan políticamente insignificantes. Al final resulta lo de siempre -que la pescadilla se muerde la cola-: no merece la pena arreglar la carretera, porque apenas circula nadie; y apenas pasa nadie, porque está en muy mal estado...




[1] RODRIGO ALFONSO, Carles. El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal. Edita ADIRA, Valencia, 1989, p. 112.
[2] LLUCH GARÍN, Luis B. Ermitas y Paisajes de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, 1980, vol. I, p. 527.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Desde el mirador de las hoces del Ebrón en Castielfabib (Valencia), en Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 24 de mayo de 2014.
[4] ID. Desde el Mirador de San Roque en Vallanca (Valencia), en Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 8 de mayo de 2014.
[5] ID. La travesía del Santerón: en el XLII septenario (2012), en Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 11 de octubre de 2012.
[6] LAGUNA, Andrés. Pedacio Dioscórides Anazarbeo. Acerca de la materia medicinal, y de los venenos mortíferos..., En Salamanca, Año 1566/ Barcelona, 1997, vol. I, p. 92.