miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡DEJADME VIVIR! (Zaragoza, 2011), ÚLTIMO LIBRO DE ENRIQUE GIL BAZÁN.

A propósito de su última publicación,

un texto sobre ecología

para poder salir a la calle con la conciencia tranquila.


«El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos,

la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes,

la quietud del espíritu, son grande parte

 para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo,

 que lo colme de maravilla y de contento»

-Cervantes, Quijote, Par. I; Prólogo-.


«Bromas aparte, ¿para qué nos sirve la información? –se pregunta el autor-.

Pues, como certeramente dice, para formar nuestra conciencia ecológica

y pensar con sensatez..».

-Del contenido textual.




Palabras previas.

El jueves, 11 de agosto de 2011, a las 19:30 horas tuvo lugar en la Ludoteca “Río Ebrón” de Torrebaja (Valencia), la presentación del último libro de Enrique Gil Bazán (Zaragoza, 1959), un trabajo de divulgación científica bajo el sugerente título: ¡Dejadme vivir! (Zaragoza, 2011).1

Entre otros méritos, nuestro autor es Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología) por la Universidad de Zaragoza (1987), cuya tesis Doctoral versó sobre Taxonomía y Bioestratigrafía de micromamíferos del Pleistoceno medio, especialmente roedores, de los rellenos kársticos de la Trinchera del Ferrocarril de la Sierra de Atapuerca (Burgos). Desde hace años ejerce como profesor Agregado de Bachillerato: actualmente desempeña su actividad docente como profesor de Biología y Geología en el IES “Ramón y Cajal” de Zaragoza (1988). Además de participar en numerosos proyectos de investigación paleontológica en la Universidad de Zaragoza, desde el año 1978 hasta 1990 pertenece al Proyecto de investigación “Pobladores del Pleistoceno de la Meseta Castellana: Atapuerca” (Burgos), dirigido por el profesor Dr. Emiliano Aguirre, tutela varios proyectos de investigación paleontológica y ha impartido cursos de doctorado y participado en cursos de Universidades de verano. Comparte el Premio Príncipe de Asturias concedido al profesor y equipo del profesor Aguirre (1997), ha publicado multitud de trabajos de carácter didáctico y científico, y una novela de trama científica: “Proyecto Homo. Atapuerca bajo la amenaza de un complot internacional” (Zaragoza, 2007).

De la presentación del libro.

La presentación del libro de referencia fue amena y pedagógica -basada en un power point muy dinámico, apoyando la exposición del autor-; y estuvo muy concurrida para lo que suelen ser este tipo de eventos, pues la cultura y difusión del conocimiento no es plato para todos los paladares, y por principio suele interesar a poca gente; sin embargo, hubo un gran aforo, ello evidencia que el tema del libro –la divulgación de conceptos ecológicos y medioambientales- puede llegar a interesar a muchos ciudadanos.

Lo cierto es que en temas medioambientales muchos estamos a dos velas, nuestra formación, como la de muchos cristianos de base, no supera el catecismo de primera comunión. Nos dejamos llevar por lo que dicen los medios –me refiero a las voces interesadas de “teles” y periódicos- y a lo que entendemos por políticamente correcto, esto es, lo que dice nuestro partido político, el que lo tenga, o medio social. A priori debo confesar mi ignorancia en estos temas, pues mis nociones del asunto datan de cuando yo era “progre” o “moderno”, esto es, cuando leía las revistas “Integral” y “Ajoblanco”; entonces fumaba en pipa y lleva tirantes, allá por los primeros setenta; por ese mismo tiempo lucíamos aquella célebre chapita del ¡Nuclears, no gràçies!, prendida con un alfiler en el pecho –que era lo progresista en aquel tiempo-. Después vino lo de ¡No a la OTAN!, y fue cuando definitivamente muchos despertamos, dándonos cuenta que todos nos engañaban y manipulaban -o intentaban hacerlo-, aunque unos más que otros.

Del contenido del libro.

Por eso me interesó el libro de Gil Bazán, porque trata de educarnos – iniciarnos e instruirnos- con prosa clara y sencilla en algo tan elemental y necesario como la ecología y el medioambiente, conceptos que paradójicamente están en boca de todos, aunque muchos no sepan bien de qué trata. Tengo la experiencia de haber presentado muchos libros, unas veces míos y otras de amigos o conocidos; y siempre que lo hago aconsejo a los asistentes que para ver si una publicación les interesa consulten en primera instancia el índice, pues allí se halla el contenido de la obra. Por otra parte verán que la exposición resulta agradable y su lectura muy amena, con dibujos e imágenes atractivos y elocuentes.

Se diría que libro de Gil Bazán va dirigido a introducir “un poquito de sensatez” en el criterio ecológico de las personas comunes, de los ciudadanos normales y corrientes como pienso somos la mayoría. Desde el principio trata de deshacer la Gran Confusión en que muchos nos hallamos, analizando la información que sobre estos temas recibimos masivamente de los medios, sumergiéndonos de inmediato en lo que él llama “Nuestra vida ecológica”, diciéndonos con un lenguaje sencillo y asequible lo referente a temas tan habituales como: el “Ahorro de agua”, los “Trasvases”, los “Ríos navegables”, la “Remodelación de riberas fluviales”, los “Abrigos de piel”, “La fiesta de los toros”, los “Zoológicos y mascotas”, el “Carril bici”, acerca del “Reciclar”, los “Deportes de aventura”, las “Energías renovables: eólica y solar” y la “Energía nuclear” –sin la menor duda, temas que están al cabo de la calle, sobre los que continuamente oímos decir o comentar y acerca de los cuales no solemos tener una opinión personal, esto es, pensada y juiciosa-. Podremos coincidir o no con el autor, pero sería bueno reflexionar con él para opinar con criterio, pues no se trata de adoctrinar, sino de informar. Muchos ciudadanos gustan del espectáculo de los toros, sin preocuparse por el sufrimiento de los animales cuando los picadores les hincan las puyas o los banderilleros les colocan las arponcillos de vistosos colores –simplemente gozan del espectáculo atávico-; de la misma forma que los comedores de carne no piensan en los animales que son conducidos al matadero en condiciones “infra-animales” –sólo disfrutan de unas ricas chuletitas a la plancha o de un tierno filete con patatas-: unos por diversión cultural y otros por estricto placer gastronómico: "Realmente -como decía Leonardo da Vinci (1452-1519)- el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad excede la de ellas...".

Sí, me parece muy importante cavilar respecto de todas estas cuestiones, sobre las que solemos tener una opinión superficial, si es que alguna tenemos. Entre otras cosas para poder opinar con criterio y exigir con argumento a nuestros dirigentes políticos; de ahí la necesidad de formarnos... Me viene a la memoria el asunto del plan hidrológico y del trasvase del Ebro: rápidamente politizaron el asunto, y a partir de ahí la cosa ya no tenía solución. Algo parecido a lo que sucede con las madres, que cuando se politizan se convierten en suegras... Bromas aparte, lo sensato hubiera sido dejar que técnicos imparciales estudiaran el tema, ver las consecuencias que podía tener para la cuenca del Ebro, si era necesario para la huerta valenciana, y si era factible. Pero, ¡cómo vamos a fiarnos si la política y los políticos lo contaminan todo! Una vez más, en la base de la cuestión aflora la necesidad de formación..., pues sin educación todo se manipula mejor.

Otro de los capítulos del libro de Gil Bazán es Conceptos básicos de Ecología; sin esas nociones elementales es difícil que el lector común pueda interpretar correctamente un simple artículo periodístico que diga del tema. De ahí la necesidad de comentar los conceptos ecológicos capitales: ¿Qué es un nicho ecológico? Es probable que muchos piensen que es el tipo de sepultura especial donde se inhuma a los ecologistas muertos en acción de protesta. Bromas aparte, ¿para qué nos sirve la información? –se pregunta el autor-. Pues, como certeramente dice, para formar nuestra conciencia ecológica y pensar con sensatez...

Cuando abordé el penúltimo capítulo: El hombre y su interacción con la naturaleza, lo primero que me vino a la mente fueron ciertas palabras del Génesis, mediante las que Dios entrega su creación al hombre para su uso, disfrute y cuidado; lo cual tiene su lectura teológica: no sólo vivimos en la naturaleza y de la naturaleza, somos parte de ella, hasta el punto que cualquier alteración en la misma nos afecta.2 De ahí la necesidad de tener “conciencia ecológica”, concepto que el autor define en términos de “sensibilidad” –sensibilidad para con el arte, la música, la belleza, el trato entre personas...-; de ahí que la conciencia ecológica implique cierto grado de identificación con la naturaleza, a la vez que ternura y comprensión de su significado; y también respecto a su manejo, goce y protección, más allá de su explotación comercial y el aprovechamiento económico. Y como casi todo en la vida, la conciencia ecológica debe aprenderse y ponerse en práctica. Ello depende del grado de comprensión de cada cultura y de su interacción con la naturaleza. De hecho, ¿por qué hay pueblos, culturas y civilizaciones más sensibles y respetuosas con la naturaleza que otros? Seguramente depende de su vinculación tradicional con la misma, de su identificación y compromiso con ella. Gil Bazán se hace una pregunta al respecto: «¿Por qué la gente de los pueblos, que (presuntamente) deberían ser mucho más ecologistas que los de la ciudad por su contacto directo con la naturaleza, parece ser mucho más “tolerante” con los desarrollistas?». En mi opinión, porque la gente de los pueblos no está formada y han degenerado en su relación con la naturaleza: en el sentido que la tenían sus padres y abuelos, cuando el campo y su entorno era todo su mundo. La prueba la tenemos en Torrebaja donde, verbigracia, muchos (o quizá sólo algunos) venderían el pueblo, incluidos los huesos de sus muertos porque se llevara a cabo el faraónico proyecto de “Campo de Golf” en aras de algunos puestos de trabajo y de un presunto desarrollo económico para la zona –desconociendo las condiciones y sin preguntarse por las consecuencias que dicho proyecto pueda tener para el futuro de la localidad-.3

Asimismo, el autor comenta otras cuestiones como el “Desarrollismo incontrolado”, el “Conservacionismo a ultranza”, el “Desarrollo sostenible” y “La alarma del cambio climático” con el que nos aterrorizan algunos pseudocientíficos y comunicadores.4 Materias todas ellas del máximo interés y actualidad, sobre las que también conviene tener un criterio. El mundo desarrollado occidental, y el mundo en general, no está dispuesto a renunciar a las ventajas y comodidades de la civilización, aún sabiendo que cierto mineral preciso para que funcionen los móviles y ordenadores lo extraen en África muchos niños en condiciones inhumanas que no toleraríamos para nuestros hijos. ¿Qué está pasando entonces, acaso somos unos hipócritas o sólo unos insensatos? Quizá ambas cosas a la vez...

Sin la menor duda, como finalmente nos hace saber el autor, hace falta una Conciencia para la convivencia pues en cualquier parte del planeta los hombres y mujeres son personas, y deberíamos tener los mismos derechos, deberes y prerrogativas para poder disfrutar de una vida digna y provechosa; pero, ello no será así mientras no tomemos conciencia de que nuestro estilo de vida –singularmente el occidental, dispendioso y consumista- influye en nuestro entorno inmediato y en el de todo el planeta, como si del “efecto mariposa” se tratara.

Por lo demás, el libro se mantiene alejado de la polémica en torno a la alianza entre “el feminismo y el ecologismo” en su lucha contra el denominado “cambio climático” y su vinculación con el órdago del “feminismo de género, la nueva izquierda y el marxismo (FLM)”, lo cual es de agradecer.

En suma: para poder salir a la calle con cierta tranquilidad de conciencia ecológica, afirmamos que “es necesario [trabajar y esforzarse para] alcanzar un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación de la naturaleza”, teniendo en cuenta que el planeta no es sólo nuestro, que únicamente estamos de paso; que tenemos que vivir aquí, y eso supone una actuación sobre el medio, pero que al marcharnos debemos dejarlo también en las mejores condiciones para las generaciones futuras: ésa es también nuestra responsabilidad. De ahí que la conservación de la naturaleza afecte y competa a todos los ciudadanos. Para ejercer este deber y este derecho debemos comenzar por informarnos y educarnos, que es lo que en última instancia pretende la agenda de este libro. ¡Gracias Enrique y felicidades por tan estupendo trabajo! Vale.


© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.

De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).


_________________________________________________

1 GIL BAZÁN, Enrique (2010). ¡Dejadme vivir! - Ecología para poder salir a la calle, Editorial StyloDigital, Zaragoza [Ficha técnica: edición rústica, tapa blanda, 18x25 cm., 96 páginas].

2 Los textos cristianos incluyen con frecuencia referencias a la naturaleza y a la necesidad de que cuidemos de ella, incluso con amenazas. Dice el Cántico, aludiendo al dies irae, cuando los siglos sean reducidos a cenizas: “Se encolerizaron las gentes,/ llegó su cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ [...]/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra” [Cántico Ap. 11, 17-18; 12 10b-12º].

3 SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Acerca del proyecto “Campo de Golf” en Torrebaja (Valencia), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 17 de octubre de 2011.

4 Recientemente vi un documental en dos capítulos titulado “Litle ice age. Big Chill” (La pequeña edad de hielo. El gran escalofrío), un periodo de frío cataclísmico que siguió al denominado “óptimo climático medieval”, y que se extiende entre principios del siglo XIV y mediados del XIX; el documental explicaba o trataba de explicar la evolución de las temperaturas y su influencia sobre el clima y la vida, en relación con distintos acontecimientos históricos: sociales, políticos, económicos. Me pareció sumamente interesante, pues demuestra que el clima ha estado siempre cambiando y que la actividad humana puede tener muy poco que ver con este cambio. Ello no significa que debamos ser descuidados con el medio ambiente o desinteresarnos del tema. De hecho, al final dice que aquella “pequeña edad del hielo” fue el resultado de golpear la campana del clima con un martillo (además de la actividad solar, volcánica...), pero que actualmente la estamos golpeando con un mazo. De ahí que las consecuencias puedan ser catastróficas para el planeta y por ende para la vida en un futuro...


Portada del libro "¡Dejadme vivir!" (Zaragoza, 2010).

Contraportada del libro "¡Dejadme vivir! (Zaragoza, 2010).

viernes, 25 de noviembre de 2011

DELITOS MENORES COMETIDOS EN LA HUERTA DE TORREBAJA (1953-54).

A propósito de un documento inédito correspondiente a la 
Hermandad de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (Valencia).



"Los delitos reseñados podrían parecernos hoy banales, 
y seguramente lo son, pero no lo eran entonces. 
Lo demuestra el hecho de que las autoridades 
-probablemente a instancia de los propietarios- 
decidieran poner un vigilante, 
pues los pequeños robos serían muy frecuentes y extendidos a todo el término"
-Del contenido textual.












Palabras previas.
En cierta ocasión, aunque ya hace tiempo de ello, una vecina de Torrebaja, conocedora de mi afición por los documentos antiguos se me acercó con un librito en la mano, diciendo: Mira, a ver qué te parece, quizá te sirva para escribir algo... -se trataba de la matriz de un talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado del año 1953-54, correspondiente a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (Valencia). Según me refirió, se lo había encontrado al pie de un contenedor de papel para el reciclaje en la localidad, yendo a echar papeles de periódico y revistas al mismo, y lo recogió como cosa curiosa.
       
En cuanto lo miré me di cuenta que podía tener su interés, así que se lo acepté agradecido, con el compromiso de estudiarlo con más detenimiento en cuanto tuviera un momento. Pero por alguna razón el documento quedó relegado al olvido, hasta hace unos días en que, con motivo de poner orden en un cajón lo encontré, volviendo a despertar mi curiosidad.
         
El interés del librillo está en que aporta información acerca de los delitos menores cometidos por los lugareños en el campo de Torrebaja en la primera mitad de los años cincuenta, relatando el detalle de los mismos: el nombre del denunciante y de los infractores con su domicilio, las horas y partidas del término en que se cometieron, el concepto de la infracción y el nombre del propietario en cuya finca se cometió.
    
Los primeros años cincuenta corresponden al periodo histórico que en la sociología política se conoce como final de la Etapa Azul del franquismo, propiamente denominada Despegue económico (1951-57).[1] El Rincón de Ademuz censaba entonces unos 9.362 habitantes de los que 947 moraban en Torrebaja (1950).[2]


Material y método.
Para el estudio del tema propuesto –delitos menores cometidos en la huerta de Torrebaja en los años cincuenta (1953-54)- contamos con la matriz de un talonario de denuncias suscritas por el Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (Valencia), de donde se han extraído los datos correspondientes para su tabulación y estudio..
            
Asimismo, se ha recogido el testimonio de diversas personas que conocieron la existencia de la asociación sindical agraria de la localidad y de los guardas jurados, que vigilaban los campos por cuenta de dicha entidad.

El documento y su contenido.
El instrumento principal es un impreso en forma de librillo de 7,5 x 10 cm compuesto por 51 hojas numeradas, cosidas con grapas y sin tapas. En la parte superior izquierda contiene un epígrafe: Hermandad Sindical de/ Labradores y Ganaderos/ de/ Torrebaja. En la parte superior derecha aparece el número de cada hoja y por debajo la fecha. El texto impreso dice:
  • El Guarda Rural Jurado [...]/ hallándose prestando el servicio de su clase/ por la partida de [...]/ serían las [...] horas de hoy, fue sorprendido/ quien dijo llamarse [...]/ vecino de [...] con domi-/ cilio en [...]/ de [...] años de edad. En el momento de ha-/ llarse [...] en la finca de [...]/ Lo que denuncio a la autoridad de Vd., para/ los efectos de justicia.

Para el estudio, los datos del documento se han trasladado a una base de datos soportada en una tabla de doble entrada, que resulta del tenor siguiente:

                Tabla 1: Relación de fichas individuales con los datos que se consignan.

PARTIDA
FECHA Y HORA

SUJETO OBJETO DE DENUNCIA

CONCEPTO DE LA DENUNCIA
PROPIETARIO
DE LA FINCA
1
Los 
Iriazos
2 agosto 1953
12:00
[...], el Murciano, vecino de Castielfabib con domicilio en Los Pajares
“segando un saco de yerba”
Clara 
Gimeno Fortea
2
Las 
Carreteras
5 agosto 1953
18:00
[...], hijo; vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“pastando –16- reses en un rastrojo mojonado”
Enrique Sánchez
Benedicto  
(a)  el Eusebio
3
Las 
Carreteras
5 agosto 1953
18::00
[...], vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“pastando –14- reses en una finca mojonada
Enrique Sánchez Benedicto 
(a) el Eusebio
4
Santa 
Bárbara
13 agosto 1953
6:00
[...] el Herrero, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por poner piedras para regar en el Partidor del Carlas
-
5
Santa 
Bárbara
13 agosto 1953
24:00
Hijo de [...] el Carpintero, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por poner piedras para regar en el partidor del Carlas
-
6
Los 
Piujares
15 agosto 1953
19:00
El pastor de ésta, [...] el Manolo, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrealta
“pastando –68- reses en unas patatas sin permiso
Tomás 
Soriano 
Cortés 
(a) el Cariñena
7
Las 
Tolbas
15 agosto 1953
20:00
[...] el Tracas, el que trabaja en la sierra, vecino de Castielfabib, con domicilio en la Carretera
“una cabra suelta en unas alubias”
Jerónimo 
Mañas Mínguez
(a) el Peseta
8
El 
Puente
16 agosto 1953
20:00
El pastor de [...] el Manolo, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrealta
“pastando –68- reses en barios prados uno de ellos sin permiso”
Don Braulio
Asensio Pinazo
9
Las Suertes
27 agosto 1953
18:00
El pastor de [...] el Manolo, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrealta
“pastando [...] reses en un rastrojo sin permiso
Vidal Gimeno Sánchez 
[Jefe Hermandad]
10
El 
Cardenchal
27 agosto 1953
17:00
El pastor de [...] el Manolo, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrealta
“por tener –15- reses en un alfalfe y –36- en el prado de Lian”
Julián  Tortajada
Martínez
(a) el de la tía Sebastiana
11
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
[...] la Sebera
“cojiendo un brazao de ojas de remolacha”
Antonio Luis Soriano 
(a) el Bolo
12
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
[...] la Rulla
“por coger un puñado de oja de remolacha”
Antonio 
Luis Soriano 
(a)  el Bolo
13
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
[...] la mujer del Bolo, vecina de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“segando yerba en la adaza”
Enrique Sánchez Benedicto  
(a)  el Eusebio
14
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
Hija de [...] el Albañil, vecina de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por pasar dos bezes por un alfalfe”
Paco Romero Corbalán  
(a) el Rullo
15
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
[...] el Turronero, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por pasar por un alfalfe dos beces”
Paco Romero
Corbalán
(a)  el Rullo
16
Encima 
del Camino
28 agosto 1953
13:00
Hija de [...], vecina de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por pasar dos beces por un alfalfe”
Paco Romero
Corbalán
(a) el Rullo
17
Encima 
del Camino
29 agosto 1953
14:00
Hijo de [...], vecino de Ademuz con domicilio en calle Real de Ademuz
“cojiendo melocotones sin permiso”
Enrique Sánchez Benedicto  
(a)  el Eusebio
18
Encima 
del Camino
29 agosto 1953
14:00
[...], vecino de Ademuz, con domicilio en Ademuz
“un caballo por las alubias”
Paco 
y su tío Vidal
19
Encima 
del Camino
29 agosto 1953
14:00
[...] vecino de Ademuz, con domicilio en Ademuz
“cojiendo melocotones”
Enrique Sánchez Benedicto  
(a)  el Eusebio
20
Encima 
del Camino
30 agosto 1953
13:00
[...] la Rulla, vecina de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“por coger unas –10- manzanas del suelo en tres fincas”
Jesús Enrique Sánchez Benedicto 
(a) el Eusebio
21
Sangrandonero
31 agosto 1953
13:00
[...] el hermano de [...] el Carpintero, vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja
“cojiendo un brazao de ojas de remolacha
Clara 
Gimeno Fortea
22
Los 
Iriazos
31 agosto 1953
15:00
[...], vecino de Ademuz con domicilio en El Val
“cojiendo dos sandías”
José Lozano Camañas 
(a) el Negrito
23
El 
Armajal
4 septiembre 1953
13:00
[...] el Murciano, vecino de Castielfabib con domicilio en Los Pajares
“cojiendo –3- tomates”
Antonio Lozano

(a) el de la Vaca
24
Santa 
Bárbara
4 septiembre 1953
14:00
Hijo de [...] el Toperas, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“cojiendo una uva”
Victoriano 
(a) el Chinicas
25
San 
Antonio
10 octubre 1953
17:00
[...] la Fandas, vecina de Torrebaja con domicilio en  Torrebaja
“por tener un cordero comiendo en una alubias”
Evaristo Tortajada Martínez 
(a) el Roso
26
Torrealta
10 octubre 1953
18:00
[...], vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“por meterse –8- reses en una remolacha”
Manuel 
(a) el Jota
27
Los 
Iriazos
11 nov.1953
16:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –35- reses en una finca barbecha”
Evaristo 
(a) el Marianazo
28
Las 
Carreteras
14 nov. 1953
17:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –37- reses en una finca barbecha”
Francisco León
29
Las 
Carreteras
19 nov. 1953
11:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –35- reses en una finca mojoniada”
Antonio
(a)  el Galano
30
El Armajal
20 nov. 1953
13:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –39- reses en una finca barbecha”
Pablo 
Blasco Paricio
31
La 
Masadica
26 nov. 1953
17:00
[...] el Bolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“por tener el caballo comiendo en una remolacha”
Gerónimo 
Mañas Mínguez
(a) el Peseta
32
El 
Cardenchal
9 diciembre 1953
15:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –33- reses en barias fincas”
Miguel  
Soriano García (a) el Tracas
33
La 
Loma
9 diciembre 1953
17:00
[...], vecino de Castielfabib, vecino de Los Santos
“pastando –93- reses en la loma”
-
34
Los 
Callejones
24 diciembre 1953
[...]
Padre de [...] el Toperas, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“por tener una Burra en la cebada”
Vidal 
Gimeno Sánchez [Jefe Hermandad]
35
Las 
Carreteras
6 enero 1954
16:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –29- reses”
Paco  
(a) el Roches
36
Tetuán
11 enero 1954
18:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –28- reses en un alfalfe”
Secundino
37
Tetuán
11 enero 1954
18:00
[...], vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“pastando –14- reses en un alfalfe”
Secundino 
el M.
38
El 
Cardenchal
22 enero 1954
17:00
[...], vecino de Castielfabib con domicilio en la Masadica del Cojo
“pastando –35- reses en un nabar”
José Manzano
 (a) el Zapatero
39
Encima 
del Camino
29 enero 1954
11:00
[...] el Trenero, vecino de Ademuz con domicilio en Ademuz
“robando una carga de remolacha”
Juan Férriz
40
El 
Armajal
20 marzo 1954
14:00
[...] el Manolo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –15- reses en un vibero”
Roque 
Gómez Sánchez 
(a) el Pito
41
Torrealta
28 marzo 1954
19:00
[...], vecino de Libros con domicilio en el Ventorro
“pastando –2- caballerías en una rriera”
Joaquín [Guillén]
42
Los 
Iriazos
8 abril 1954
11:00
[...] el Murciano, vecino de Castielfabib con domicilio en Los Pajares
“por comerse –4- remolachas la mula”
Isaías 
Gimeno Gimeno
43
-
-
-
-
-
44
El 
Cardenchal
11 abril 1954
18:00
[...] el Murciano, vecino de Castielfabib con domicilio en Los Pajares
“por comerse un rodal de alfalfe el macho”
Gregorio
[Martínez Gómez]
45
Torrealta
14 abril 1954
17:00
[...], vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –42- reses en la riera”
Joaquín [Guillén]
46
Torrealta
14 abril 1954
15:00
[...], vecina de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –1- cabra en la Riera”
José 
(a) el Mingo
47
Torrealta
15 abril 1954
19:00
[...], vecino de Torrebaja con domicilio en Torrealta
“pastando –15- reses en la riera”
José 
(a) el Mingo
48
Las 
Carreteras
16 abril 1954
15:00
[...] el Murciano, vecino de Castielfabib con domicilio en Los Pajares
“por tener –3- caballerías en la riera”
Francisco  Gómez

(a) el Viejete
49
Los 
Albares
[...] 1954
12:00
[...] el Blanco, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“segando Yerba”
Antonio 
Gimeno Cortés (a) el Bolo
50
San 
Antonio
17 mayo 1954
16:00
[...] el Casimiro, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“una cabra comiendo en una cebada”
José Gómez 
(a) el Dotor
51
Bajo 
del Camino
18 mayo 1954
13:00
[...] la Murciana, vecina de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“segando Yerba sin la papeleta”
Ernesto 
Blasco Lozano
52
El 
Portillejo
19 mayo 1954
10:00
[...] el Mingo, vecino de Torrebaja con domicilio en Torrebaja
“portando –10- reses sin la papeleta”
Antonio Monterde Casino 
 (a) el Maganto
                Elaboración propia (2011).


Según vemos, se trata de 52 fichas numeradas –aunque falta la 43, por haber saltado la serie de la 42 a la 44-, en las que los datos contenidos en la tabla son manuscritos. A los efectos del estudio, el texto entrecomillado –correspondiente al epígrafe “Delito”- se ha trascrito a la letra.
a)    Respecto a las partidas del término de Torrebaja, se nombran las siguientes: Bajo del Camino (1), El Armajal (3), El Cardenchal (4), El Portillejo (1), El Puente (1), Encima del Camino (11), La Loma (1), La Masadica (1), Las Carreteras (6), Las Suertes (1), Las Tolbas (1), Los Albares (1), Los Callejones (1), Los Iriazos (4), Los Piujares (1), San Antonio (2), Sangrandonero (1), Santa Bárbara (3), Tetuán (2), Torrealta (5) [el dígito entre paréntesis corresponde al número de veces que se nombra la partida].
b)      Respecto al segmento temporal que abarca el estudio: desde el 2 de agosto de 1953 hasta el 19 de mayo de 1954 (lo que supone 9 meses): agosto (22), septiembre (2), octubre (2), noviembre (5) y diciembre (3) -lo que suponen 34 denuncias en 1953-; enero (5), febrero (0), marzo (2), abril 6 y mayo (3), más 1 sin mes especificado (entre abril y mayo -lo que suponen 17 denuncias en 1954-. Ello significa que el mayor número de denuncias se produjo en verano (agosto de 1953), seguido de noviembre, diciembre, septiembre y octubre de ese mismo año. El año siguiente, el mayor número de cargos se produjo en primavera (abril de 1954), seguido de enero, mayo y marzo de ese mismo año.
c)     Respecto a los sujetos objeto de denuncia, dado que éstos no son significativos, se han obviado sus nombres, conservado, no obstante, los alias (a), así como la naturaleza y domicilio. En su distribución por sexos, entre los denunciados encontramos 42 varones y 9 mujeres. En cuanto a su naturaleza y domicilio, la mayoría vienen definidos como: a) “vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrebaja” (20), b) “vecino de Torrebaja, con domicilio en Torrealta” (16), c) “vecino de Castielfabib, con domicilio en Los Pajares” (5), d) “vecino de Castielfabib, con domicilio en la Carretera” (1), e)“vecino de Ademuz, con domicilio en Ademuz” (4), f) “vecino de Ademuz, con domicilio en El Val” (1), g) “vecino de Castielfabib, con domicilio en Los Santos” (1), h) “vecino de Castielfabib, con domicilio en la Masadica del Cojo” (1), i) “vecino de Libros, con domicilio en El Ventorro” (1), j) sin domicilio especificado (2).
d)      Respecto al concepto de la denuncia, obviamente todos ellos se refieren a la actividad agrícola y ganadera, pudendo clasificarse en varios grupos: 1) sustracción de productos del campo (hierba, remolacha, alfalfe, frutas...), 2) ganaderos (pastar en zona vedada, pisar cosechas...), 3) riegos (poner piedras en el partidor...).
e)      Respecto a los propietarios de las fincas, éstos vienen definidos sólo por el nombre y su alias, y alguna vez por su primer apellido.

            Tabla 2: Relación y clasificación de los conceptos de delito.
Apropiación de productos del campo
Ganadería y pastos
Acequias y riegos
“Segando un saco de yerba”, “Cojiendo un brazao de ojas de remolacha”, “por coger un puñado de ojas de remolacha”, “Segando yerba en la adaza”, “Cojiendo melocotones sin permiso”, “Por coger unas […] manzanas del suelo en tres fincas”, “Cojiendo dos sandías”, “Cojiendo […] tomates”, “Cojiendo […] uva”, “Robando una carga de remolacha”, “Segando yerba”, “Segando yerba sin la papeleta”.
“Pastando […] reses en un rastrojo (o finca) mojonado”, “Pastando [...] reses en unas patatas sin permisos”, “Una cabra suelta en unas alubias”, “Pastando […] reses en barios prados, uno de ellos sin permiso”, “Por tener […] reses en un alfalfe y […] en el prado de Lián”, “Por pasar dos bezes por un alfalfe”, “Un caballo por las alubias”, “Por tener un cordero comiendo en unas alubias”, “Por meter […] reses en una remolacha”, “Pastando […] reses en una finca barbecha”, “Por tener el caballo comiendo en una remolacha”, “Pastando […] en la loma”, “Por tener una burra en una cebada”, “Pastando […] reses en un alfalfe”, “Pastando […] reses en un nabar”, “Pastando […] caballerías en una riera”, “Por comerse […] remolachas una mula”,   “Por comerse un rodal de alfalfe el macho”, “Pastando […] reses en la riera”, “Pastando […] cabra en la Riera”, “[...] cabra comiendo en una cebada”, “Pastando […] reses in la papeleta”.
“Poner piedras para regar en el Partido del Carlas”.
                Elaboración propia (2011).


Para el estudio antroponímico, utilizaremos sólo los alias –apodos o sobrenombres-, poniendo en distintos listados los correspondientes a los “sujetos objeto de denuncia” y en otro el de los “propietarios de las fincas” en las que se cometió el delito, resultando del tenor siguiente:

            Tabla 3: Relación de los apodos que se reseñan en el documento.
Sujetos objeto de denuncia
Propietarios de las fincas
el Albañil, el Blanco, el Bolo, el Carpintero, el Casimiro, el Herrero, el Manolo, el Mingo, el Murciano, el Toperas, el Tracas, el Trenero, el Turronero, la Fandas, la Murciana, la Rulla, la Sebera/ Severa.
el Bolo, el Cariñena, el Chinicas, el de la tía Sebastiana, el de la Vaca, el Dotor, el Eusebio, el Galano, el Jota, el Maganto, el Marianazo, el Mingo, el Negrito, el Peseta, el Pito, el Roches, el Roso, el Rullo, el Tracas, el Viejete, el Zapatero.
                Elaboración propia (2011).


Testimonios.
Con el propósito de ampliar los datos contenidos en el documento objeto de estudio, me puse en contacto con algunos vecinos que vivieron la época en que hubo Guarda Rural Jurado en el campo de Torrebaja, he aquí su testimonio.
-----1) Juan Herrero Hernández (Ademuz, 1922), hijo de Manuel y Crisanta, dice:
  • Claro que lo recuerdo, en aquella época era guarda Ángel el Carlas –se refiere a Ángel Montesinos Blasco (1921-1995)- que vivía donde el partidor... Pues nada, el hombre se encargaba de vigilar la huerta, yendo de una partida a otra, para que la gente no cogiera nada, porque siempre había alguien que le gustaba lo ajeno, que si unas peras, cerezas, melocotones, albaricoques... y también se cuidaba de que los ganados no entraran a pastar sin permiso en las fincas, y eso... Una vez me denunciaron a mí por pasar por un ribazo, me sacaron un duro, ya ves, pero eso fue antes, siendo guardia el tío Carabinas, nada más terminar la guerra; otra vez, este mismo guardia me sacó dos pesetas por comer cerezas de un cerezo que había donde el "tilero" de doña Visita, sí donde Los Callejones, pero esta vez tuve yo la culpa... También estuvo de guardia uno que llamaban Antonio el Bolo, éste después del tío Carabinas, antes que el Carlas... Iban vestidos de paisano, no vestían de uniforme, no, sólo llevaban una gorra, y creo que llevaban también una escopeta, no sé si de cartuchos de sal... Después del Carlas estuvo Tomás el Garroso, que vivía frente a la iglesia, y el último creo que fue Jesús el Chimba, éste se cuidaba también de algunas acequias... Sí, los guardias sólo se ocupaban de cosas del campo, de las cosechas, de los pasos, y de los ganados, que no hicieran males en las huertas... Claro, había casos de robos, no sólo de una lechuga o un cubo de tomates -a uno lo cogieron más de una vez con hortalizas-, también de manzanas... Al tío [...] lo pescaron con una carga de manzanas, las cogía de los vecinos y se las ponía en lo suyo, pero lo vieron, y también al tío [...], sí, ése que vivía en la carretera, qué te parece... Una vez, entonces yo ya me dedicaba a la compraventa de fruta, el tío [...] me ofreció unas manzanas, para que las viera: fui a su casa y vi que eran muy buenas, esperiegas, todas iguales, de primera clase; cuando le pregunté por el precio el hombre me pidió siete pesetas, pero yo le dije que era mucho precio, pues lo que se pagaba entonces era cinco o cinco cincuenta... No se las compré, porque, además de pedirme mucho precio, me dio la impresión de que eran robadas... Recuerdo el caso del tío [...] mediero de [...] al que ya de noche vi bajar de la era con una talega de cebada.. Claro, antes de repartir con el dueño él ya se bajó una parte, así sacaba más... Sí, conozco muchas cosas de entonces, y pocas buenas..., porque las personas somos así, malas y bordes; bueno, hay de todo, pero no creas, ni la gente ni los tiempos han mejorado desde entonces...
-----2) Armando León Valero (Vallanca, 1924), hijo de Justo y Vicenta, dice:
  • Recuerdo que siendo yo presidente de la Hermandad –se refiere a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos- venía el tío [...] a lamentarse porque le habían denunciado; tenía una burra y no sé si la dejaba suelta pero siempre estaban denunciándole porque la cogían pisando la cosecha o comiendo en alguna finca de otro... Esto fue antes de entrar yo en el Ayuntamiento, pues estuve de Alcalde desde 1970 hasta 1979... Claro, al Guarda le pagaba la Hermandad, pero no recuerdo cuánto cobraba, no sería mucho. No llevaban uniforme, pero sí una correa con una chapa... Su misión era vigilar la huerta, que no cogiera nadie lo de otro, que los ganados no hicieran males, controlar las acequias, quién no la limpiaba y esas cosas... Entonces el campo estaba muy controlado, incluso se miraba que no se segara la parte de ribazo que le correspondía al vecino, porque claro, la hierba era muy apreciada para los machos... El guarda se sabía las fincas de todos, de quién era cada una y las lindes del término... Una vez, siendo yo mozo fuimos a coger unas ramas de cerezo para poner las enramadas y nos pilló el guarda, que era el Carlas: fuimos engañados, porque uno de los muchachos dijo que la finca era suya, pero era mentira; el caso es que tuvimos que ir a pagar la denuncia al Ayuntamiento, pues las cosas de la Hermandad las llevaba el Secretario, que era Octavio -se refiere a Octavio Valentín Lahuerta (1916-74)- y cuando contamos lo sucedido nos quitaron la denuncia, pero al que había dicho que la finca era suya lo denunciaron, y tuvo que pagar cinco duros, 25 pesetas, que ya era entonces...
  • Los muchachos, y no tan muchachos, cuando les apetecía algo del campo, vigilaban al guarda, y cuando veían que estaba en la barbería, afeitándose o lo que fuera, pues aprovechaban para ir a coger unas peras, ciruelas, cerezas, melocotones..., lo que fuera, pero para comérselos. Lo de poner piedras en el partidor era porque algunas derivaciones de la acequia de Castiel se cerraba varios días, para que llegara el agua hasta el final; pero si alguien quería regar en Los Callejones (o Santa Bárbara), pues ponía unas piedras y el agua saltaba a la otra acequia, así podía regar sin tener que esperar a que abrieran... Después ya se pusieron compuertas buenas, y ya no servía eso de poner piedras...
  • Entonces había mucha gente en el pueblo y siempre andaba alguien por los campos, trabajando, yendo o viviendo, acarreando... Siendo yo muchacho, un año de mucha cosecha de manzanas, resulta que íbamos por esa parte del Otro Lado y al pasar por una acequia secundaria o terciaria nos dimos cuenta que había un trecho lleno de manzanas miguelas tapadas por la propia hierba del reguero..., había varias arrobas, pero escogidas, muy buenas; las manzanas ya las habían cogido en la finca... Parece que alguien, alguno de los que había ido a coger, al ir a descargar a los banastos, las había escondido en la acequia, con la intención de ir a buscarlas después; y allí estaban...  

-----3) Ángel Gimeno Muñoz (Torrebaja, 1931), hijo de Antolín y Gregoria, dice:
  • Me acuerdo bien de aquella época porque yo era el que cobraba las denuncias... El Cabildo de la Hermandad se reunía los domingos en el local del Ayuntamiento para juzgar las denuncias de la semana, y allí era donde le ponían a cada uno lo que le correspondía. Después el alguacil, que era Trinitario Adalid, llevaba la papeleta de la denuncia a cada casa y la gente venía a pagarla... Ya te digo el cobro lo hacía yo en la calle Arboleda, en un bajo de la tía Rita, allí se cobraban... Las multas eran de pequeñas cantidades, cinco, diez, quince pesetas..., cuarenta o cincuenta la que más.
  • Cuando la guerra, el Ayuntamiento o el Comité, no sé cuál sería, puso dos guardias de “Etapas” como vigilantes del campo, porque ya sabes que en aquella época había aquí en Torrebaja y otros lugares del Rincón mucha gente desplazada de los pueblos de Teruel afectados por el frente (Bezas, El Campillo, Teruel capital...), y claro, había mucha necesidad y la gente pillaba lo que podía del campo... Sí, era dos milicianos con uniforme y fusil que iban dando vueltas por el término: estuvieron aquí hasta tiempo después de terminar la guerra y tenían el acuartelamiento en la casa de Los Picos. Te digo esto porque en cierta ocasión íbamos mi primo Vidal y yo por esa parte de La Porcal; había por allí un albaricoquero junto a la acequia de La Hoya y mi primo me convenció para subir a coger albaricoques, y cuando estaba en ello aparecieron dos guardas con su uniforme, fusil y cartucheras y yo eché a correr y no paré hasta llegar a mi casa... Y después tenía miedo de ir a la escuela, por si me reconocían, pues ya sabes que la escuela estaba en la plaza, encima del Ayuntamiento, junto a la casa de Los Picos donde estaban los de “Etapas”...
  • El primer guardia que yo conocí era el tío Carabinas –se refiere a Antonio Gimeno Cortés-, que vivía en el callejón de la iglesia, en una casa que después le compró el tío Francisco León... A la vez que el Carabinas, que fue el primer “Jefe de Falange” tras la guerra, era Guarda el tío Bolo –se refiere a Antonio Luis Soriano- que vivía en las casas de La Venta... No sé si se jubilaría o moriría el Carabinas, el caso es que se quedó sólo el Bolo... Este hombre llevaba una carabina de bala, pero no creo que la llegara a disparar nunca, y un correaje con una chapa en la hebilla que decía algo así como Guarda Jurado Municipal -porque entonces dependían del Ayuntamiento, todavía no se había creado la Hermandad-. Después fue Guarda uno que llamaban Rogelio el Cariñena –se refiere a Rogelio Soriano Cortés-, hermano de Josefa la de Melchor... Rogelio también fue Guarda, aunque  poco tiempo, era muy andarín, pero el pobre tenía poca cabeza, así que lo quitaron y pusieron a Ángel el Carlas –se refiere a Ángel Montesinos Blasco-, que vivía donde el partidor de la acequia de Castiel: éste fue Guarda durante muchos años y era muy buen guarda, se conocía bien la huerta, las fincas, el término y a la gente... Que yo recuerde, el Jefe de la Hermandad era entonces mi tío Vidal –se refiere a Vidal Gimeno Sánchez (1900-88)-, hermano de mi padre...
  •  Después del Carlas estuvo uno de los Garrosos que llamaban Tomás –se refiere a Tomás Díaz Marco-, que vivía frente a la iglesia, esquina con la calle Fuente y La Replaceta. Éste fue el último Guarda del campo... Después estuvo Jesús el Chimba –se refiere a Jesús Díaz Marco, hermano menor del anterior-, pero éste no era Guarda, sólo encargado de la acequia de Los Albares altos y bajos, que llegaba hasta Los Villares, cuyo azud estaba en el río Ebrón, poco antes de la truchera... 
  • Ya te digo, estos guardas cobraban del Ayuntamiento, pero al constituirse la Hermandad, como ya cobraba por la cosa de las acequias, seguramente le pagaban desde la Hermandad: ésta tenía dos funciones, mantener al Guarda y cobrar de las acequias, porque de las presas y de la limpieza de los comuneros se encargaba la Hermandad y luego pasaba el recibo a cada propietario, proporcionalmente a las cuartillas que poseían. La parte de acequia de cada propietario se la hacía cada uno, no había que mandarles, todos querían hacérsela, porque así aprovechaban para sacar la tierra y extenderla por su finca; además, mantenían limpias las márgenes para poner algún árbol, cerezo, membrillero, ciruelo o lo que fuera... Sucedía lo mismo que con la hierba de los ribazos, que la gente se peleaba por segar cada uno lo suyo, para los animales. A los animales les echaban hierba en el pesebre y así tenían para la noche; únicamente cuando iban a labrar les ponían pienso, paja y grano... Entonces los ribazos y las acequias estaban bien limpias de hierba, pues enseguida la segaban... Claro, eran otros tiempos, un jornal de sol a sol se pagaba a tres duros...

-----4) Trinidad Martínez Arnalte (Torrebaja, 1941), hija de Gregorio y Josefina, dice:
  • Cuando yo era muchacha se contaba una anécdota muy graciosa del Guarda del campo y los molineros de San José -se refiere a los hermanos Francisco y José Gracia Bertolín-: resulta que el Bolo, que era el Guarda, tenía o cuidaba un huerto en Los Villares donde había un albaricoquero muy bueno, y los molineros no sabían qué hacer para cogerle la fruta, pues el hombre siempre andaba por allí vigilando... Una noche, mientras estaba regando la propiedad, uno de los molineros le cortó el agua y cuando el Guarda fue a ver qué pasaba, el hermano aprovechó para  coger todos los albaricoques que pudo... Después pusieron como Guarda a Ángel el Carlas, pero con éste ya no pudieron los molineros...


Tabla 4: Relación provisional de Guardas Rurales Jurados de Torrebaja (Valencia).
NOMBRE
ALIAS
SEGMENTO VITAL
Antonio Gimeno Cortés El Carabinas
(1899-1981)
Antonio Luis Soriano
El Bolo

Rogelio Soriano Cortés
El Cariñena
(1897-1965)
Ángel Montesinos Blasco
El Carlas
(1921-1995)
Tomas Díaz Marco
El Garroso

Jesús Díaz Marco (*)
El Chimba
(1927-2009)
   Elaboración propia (2011). (*) Al parecer no fue Guarda Rural Jurado, sólo encargado de la acequia de Los Albares.


 A modo de conclusión.
El contexto sociopolítico nacional en que se produce el documento objeto de estudio (1953-54) corresponde al medio franquismo, momento de recuperación económica en que tiene lugar el acuerdo económico con los Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede (1953), lo que supone la ruptura del cerco exterior y el fin de la Autarquía (1941-45). A partir de ese momento comenzaron a superarse los desastres económicos ocasionados por la Guerra Civil (1936-39); así se habla de un tímido despegue económico, de inflación contenida aunque con fuertes niveles de intervención estatal todavía.[3] En lo que respecta al Rincón de Ademuz, la gran masa de mano de obra no especializada existente en estos pueblos desde los años cuarenta comienza por entonces su éxodo a las grandes ciudades, singularmente hacia Cataluña (Barcelona y Tarragona) y Valencia (Puerto de Sagunto), atraída por la demanda industrial.
            
La presión socioeconómica en la localidad se evidencia en la propia denominación de los delitos, que reflejan la circunstancia de una elevada población y una actividad económica primaria (agricultura) saturada; prueba de ello es que había vecinos que se veían impulsados por vicio o necesidad a tomarse ciertas licencias con la propiedad de los demás, siendo ésta la causa de que la Hermandad Sindical de Agricultores y Labradores pusiera un Guarda Rural Jurado para vigilar campos y cosechas. De ahí que segar hierba de un ribazo sin permiso del dueño fuera sancionado, así como coger hojas de remolacha –ya fuera un puñado, un brazado o una carga-; o fruta –manzanas, melocotones, uvas, sandías, tomates...- sin autorización. Los delitos reseñados podrían parecernos hoy banales, y seguramente lo son, pero no lo eran entonces. Lo demuestra el hecho de que las autoridades -probablemente a instancia de los propietarios- decidieran poner un vigilante, pues los pequeños robos serían muy frecuentes y extendidos a todo el término.
        
Otro tanto podría decirse de los delitos relacionados con la ganadería, como pastar sin autorización o en fincas mojonadas; y que los animales sueltos dañaran las cosechas –alfalfes, alubias, cebada, nabos, remolachas, rastrojos, barbechos...-. Pues había vecinos que, ya fuera por descuido o a propósito, dejaban a sus animales sueltos, permitiendo que pacieran en propiedades de otros, de ahí que una mula pudiera comerse varias remolachas o el macho se forrajeara un rodal de alfalfe o en un cebadal... Ya que lo que tomara en el campo no tendría que echárselo en el pesebre.
          
Asimismo, resulta curioso el concepto de la denuncia: “Por pasar dos bezes por un alfalfe...” –lo que se realiza hasta en dos ocasiones, siendo la repetición el motivo de la imputación-. Como si la primera vez sólo contara como aviso, pero la segunda ya tuviera sanción. Uno se pregunta por la causa de que alguien pasara dos veces por un cultivo de otro, quizá lo hacía por comodidad, testarudez, estulticia o simple maldad...
            
De la misma forma, resulta curioso el delito: “Poner piedras para regar en el Partidor del Carlas” –ya vimos que el motivo era porque el distribuidor estaba cerrado para otra acequia en ese punto-. No obstante, incluso conociendo la prohibición y que había un vigilante, los regantes seguían poniendo piedras en el cauce. Si observamos la hora en que se produjeron estos delitos -6:00 horas y 24:00 horas- cabe pensar que el regante tentaba la suerte, pensando que a esas horas no le sorprendería el celador... Vale.



[1] MIGUEL, Amando de (1975). Sociología del franquismo, Editorial Euros, Barcelona, p. 32.
[2] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz, análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Valencia, p. 54.
[3] MIGUEL (1975), pp. 57-58. 

Manzanas esperiegas en la huerta de Torrebaja (Valencia).

Ficha nº 1 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 2 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 4 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 7 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 18 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 22 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Ficha nº 23 de la matriz del talonario de denuncias del Guarda Rural Jurado de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Torrebaja (1953-54).

Vista parcial de Torrebaja (Valencia), desde El Reguero.

Vista parcial de Torrebaja (Valencia), desde El Rento.